Encendió la leña de la chimenea puso agua en la olla y echó verduras con un pedacito de carne. Cuando acabó la dejo encima de la mesa, enchufó la televisión y se fue a por una manta.
Después volvió con la manta y el guiso que habia hecho se lo habían comído.
Entonces dijo – no puede ser – y se puso otro plato. Para asegurar de que no desaparecía, el hombre colocó una cámara de vídeo y se fue.
Finalmente volvió y no estaba el guiso, cogió la cámara y vio que eran tres gatos los que se habían comido los dos guisos.
Al amanecer el hombre se quedó los tres gatos y los alimentaba y cuidaba todos los días.
Autora: Mónica Escamilla. Sisè B
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